29 Ene Recuerdo de Benedetti
Le gustaba que le pidieran que dijera su filiación completa, con todos sus nombres. Los decía y luego se reía. Se llamaba, nada más y nada menos que: Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia. (14 de septiembre de 1920, Paso de los Toros// 17 de mayo de 2009, Montevideo).
Te quiero
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos,
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo,
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada,
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
Tu boca que es tuya y mía,
tu boca no se equivoca,
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo,
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Hagamos un trato
Cuando sientas tu herida sangrar, cuando sientas tu voz sollozar, cuenta conmigo
Compañera,
usted sabe que puede contar conmigo,
no hasta dos o hasta diez,
sino contar conmigo.
Si alguna vez advierte que la miro a los ojos
y una veta de amor reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles ni piense qué delirio,
a pesar de la veta o tal vez porque existe
usted puede contar conmigo.
Si otras veces me encuentra huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar conmigo
Pero hagamos un trato,
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo saber que usted existe,
uno se siente vivo.
Y cuando digo esto quiero decir contar
aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda presurosa en mi auxilio,
sino para saber a ciencia cierta
que usted sabe que puede contar conmigo.
(Adaptación mía de “Hagamos un trato”)
Querida amiga, vos sabés perfectamente
que podés contar conmigo,
no hasta dos o hasta el millar,
sino que simplemente,
podés contar conmigo.
Porque recuerdo tu risa,
porque me alegras la vida,
por eso sencillamente
añoro el estar contigo.
Hagamos un trato,
es muy sencillo,
por nuestro amor,
por nuestra vida,
tan sólo te pido,
querida amiga,
mi amor:
Una sonrisa por favor.
Sinceramente, tu amigo.
Ustedes y nosotros
Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas ¡qué bueno!
sin sábanas ¡da igual!
ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud
ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos vale
barata la función
ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas ¡qué bueno!
sin sábanas ¡da igual!.
Pasatiempo
Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta,
un charco era un océano,
la muerte lisa y llanamente
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta,
un estanque era océano,
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta,
un lago era un océano,
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad,
el océano es por fin el océano,
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.