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Islas Canarias de los Guanches o Afortunadas - Escritor Antonio de Calera
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Islas Canarias de los Guanches o Afortunadas

Islas Canarias de los Guanches o Afortunadas

Para andar, La Palma: verde, intensa, buenas rutas a pie, sus otros nombres son Isla Bonita o Isla Verde. Distinta a todo lo que he visto hasta ahora. Lanzarote: el máximo exponente de la arquitectura en armonía con el entorno, me gustó por lo distinta que era en conjunto. Fuerteventura si quieres kilómetros de playa sin ver a nadie, andas y de repente, aquí me baño, te quitas la ropa y al agua. Tenerife, buenas rutas para andar también, pero geografía distinta..

Gran Canaria y Tenerife, las más grandes tienen de todo, paisajes espectaculares, ambiente para ir de marcha, playas, etc. Personalmente de las dos me quedo con Tenerife. En cuanto a las pequeñas, La Palma es muy interesante por sus bosques con la Caldera de Taburiente como centro. También está el Teneguía, que hizo erupción en los 70, al sur de la isla. La Gomera se caracteriza por sus profundos barrancos, en los que se utiliza el silbo gomero para comunicarse, y sus bosques de laurisilva. Lanzarote es espectacular por sus volcanes en el parque de Timanfaya, su vino de malvasía y su turismo controlado. Fuerteventura es muy atractiva por sus grandes playas de arena blanca y aguas transparentes. Y me queda mi querida isla de El Hierro, la más pequeña de todas, con sus fondos marinos espectaculares, sus miradores y su encantadora gente. En la zona de buceo de La Restinga, al sur de la isla, se celebra todos los años un concurso internacional de fotografía submarina. Por resumir le diré que las mejores playas están en las islas orientales y que los mejores fondos marinos están en las occidentales al ser más rocosas. Y otra cosa, si vas a ir los meses de julio y agosto son muy ventosos en las islas y que las mejores épocas de ir son hasta junio y de septiembre en adelante. En cuanto a los coches de alquiler, hay en todas la islas y son bastante mas baratos que en la península. La Palma es una isla de contrastes, para disfrutar de la naturaleza y el senderismo, desde el bosque de los Tilos, que es reserva de la biosfera, en el norte de la isla, hasta la zona volcánica del sur, pasando por la Caldera de Taburiente, con alturas de 2500 m aproximadamente a solo 10 km de la costa.
Las rutas que puedes hacer de senderismo son chulísimas, tanto por el interior de la caldera, como por las crestas de la misma, o bien la ruta de los volcanes, llegando hasta el Teneguia, el ultimo volcán que hizo erupción en España en los años 70. Además se pueden hacer rutas por las lavas, cosa que en Lanzarote, vas en plan borrego, con el autobús de la visita del parque, ya que no puedes ir andando.
Yo cuando estuve fue en plan casa rural, en un pueblín cerca de la costa. Todas las mañanas desayunaba en el patio de la casa, viendo a lo lejos la figura del Teide y si no había calima, también se veía La Gomera. Si algo recuerdo especialmente son los cielos de la isla. Son impresionantes. Como esta el observatorio del Roque de los Muchacho tienen muy controlada la iluminación y creo que nunca he visto tantas estrellas.

LEYENDAS DEL TEIDE.

El Teide es un volcán situado en una de las Islas Canarias, Tenerife. Tiene una altura de 3.718 m sobre el nivel del mar y unos 7.000 m desde el fondo del océano Atlántico. Es el pico más alto de España y el de cualquier isla atlántica. Es también desde finales de 2007 uno de los Doce Tesoros de España y está catalogado como Patrimonio de la Humanidad desde el 28 de julio de 2007.

 

teide

 

El Almirante Cristobal Colón durante su travesía por Canarias, la noche del 24 de agosto de 1492, escribió en su cuaderno de bitácora:

El Almirante decidió  el  23 de agosto volver con sus dos barcos a Gran Canaria. Zarpó al día siguiente y pasó aquella noche cerca de Tenerife, de cuya cumbre, que es altísima, se veían salir grandísimas llamaradas de lo que maravillándose su gente les dio a entender el fundamento y la causa de tal fuego, aduciendo al respecto el ejemplo del monte Etna en Sicilia, y de otros muchos montes, donde se veía lo mismo“.

Para los guanches (vocablo que procede de Guan, Persona y Chinech, denominación antigua de Tenerife, es decir los aborígenes tinerfeños), el  volcán Teide era su monte sagrado y tenía el nombre de Echeyde que, tras su adaptación al castellano, derivó en el nombre actual de Teide que significaba “Infierno” pues este volcán estaba considerado como una de las puertas que comunicaban con el inframundo subterráneo, es decir con el infierno.

Los guanches consideraban a la montaña de Echeyde como el lugar en que habitaba la figura maligna de Guayota, que era la principal de las entidades mitológicas y la más siniestra de todas en las que creían los antiguos pobladores de Canarias. El nombre “Guayota” puede derivar de Wa-Yewta que significa  “Destructor”, sin duda por su catastrófica y demoledora actividad volcánica.

Según otras leyendas el Teide era para los antiguos guanches una especie de Axis Mundi, el Eje y Centro del Mundo que sostiene al cielo pues sirve de soporte físico entre la bóveda celeste y la tierra y su cima es el lugar más cercano al Sol, a la Luna y a los dioses y desde dónde el hombre podía comunicarse con las deidades celestiales.

Según la mitología guanche la creación del Mundo y del Hombre corre pareja a la del Génesis salvo en lo referente a Eva y a la costilla de Adán:

En el principio de los tiempos era Achamán el dios único, poderoso y eterno que se bastaba a sí mismo. Antes de él sólo había la nada y el vacío, el mar no reflejaba el cielo y la luz aún carecía de colores. A él debían su existencia la tierra y el agua, el fuego y el aire, y toda la vida que en ellos cabía. Achamán habitaba las alturas y a veces las cumbres de las montañas para regocijarse contemplando lo que ante su mirada se divisaba. Un día se detuvo Achamán en la cima de Echeyde. Desde allí su obra le pareció más bella y perfecta, como si la descubriese por vez primera, y pensó que debía compartirla. Entonces decidió formar a los seres humanos para que también ellos admirasen lo creado, para que hicieran uso de su creación y para que la conservasen. Tenían los naturales para sí que Dios los había criado del agua y de la tierra, tanto hombre como mujeres”.

Una leyenda guanche dice que Guayota apresó al dios Magec (dios Sol de la luz), y lo arrastró consigo al interior de las grutas del Teide. Los guanches pidieron clemencia al celestial Achamán, dios benefactor supremo del Olimpo guanche y eterno adversario de Guayota, pues es comprensible que los aborígenes al no ver al sol Magec por quedar oculto tras la espesa nube de ceniza que cubría los cielos, pensaran que se lo habían robado e hicieron, lo único que podían hacer, invocar al creador, Achamán. Achamán consiguió derrotar a Guayota tras larga lucha y los guanches, temerosos y expectantes, al observar la boca del volcán echando llamaradas de fuego, suponían que dentro se estaba librando una batalla entre Achamán y Guayota de la que salió  vencedor el todopoderoso Achamán que sacó de la entrañas de Echeyde a Magec y el sol Magec volvió a brillar sobre Tenerife. Acto seguido Achamán taponó el cráter para que Guayota no pudiera salir. Dicen que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar o Pilón de Azúcar, el último cono, de color blanquecino, que corona el Teide. Desde entonces Guayota permanece encerrado en el interior del Teide. Cuando el Teide entraba en erupción, era costumbre que los guanches encendieran hogueras con el fin de espantar a Guayota o bien, según otra versión, para que si Guayota lograba salir de Echeyde, creyera que seguía en el infierno y pasase de largo. Otras referencias a Guayota señalaban que éste, cada cierto tiempo, para recordar su presencia, lanzaba por la boca del volcán lava y cenizas amenazadoras.

A continuación un terremoto fracturó la isla de Echeide, y se crearon las siete Islas Canarias; Tyterogaka (Lanzarote), Erbane (Fuerteventura), Tamarán (Gran Canaria o País de los Valientes), Chinech (Tenerife, de Tener, montaña e Ife, blanca), Ghomerah (La Gomera), Benahoare (La Palma) y Ezeró (El Hierro).

La cúspide del Teide está formada por un antiguo cráter, el de la Rambleta, de 850 m de diámetro. En su interior, emerge el “Pilón de Azúcar”, punto que culmina con un cráter, el tapón de Achamán, a 3.718 m de altitud, que aún presenta actividad volcánica en forma de fumarolas. El Teide, madre de esta tierra canaria y con forma de pecho femenino, tiene el pezón erecto debido al frío de sus nieves perpetuas, lo que hace que a Tenerife antiguamente se la llamara Nivaria. Cristóbal Colón en la Relación de su Tercer Viaje dijo: “E q’este peçon es la parte más alta e mas propinqua al cielo”.

El mítico Teide está asociado a los perros negros que en Canarias se conocen con el nombre de Tibicenas, o Tibisenas o Yrune o Iruene, que eran considerados como perros gigantes de espeso pelaje negro que vivían en las cuevas del Teide y que sólo salían de noche para deambular por los barrancos y quebradas ya que la orografía tinerfeña propicia que existan muchos parajes solitarios y barrancos profundos y sombríos, aspecto este que favorece las apariciones en los lugares más remotos y peor iluminados. Cuando Guayota salía de su guarida adoptaba la forma de un fiero perro negro e iba acompañado de los Tibicenas, sus hijos, también encarnados en perros oscuros. Según los lugareños de la isla de Tenerife, estos perros negros son la reencarnación del Dios de la maldad y las Tinieblas, Guayota, que cual verdadero Can Cerbero del Teide, el líder de la manada, enviaba a los Tibicenas y a los Yrune para proteger la entrada a las moradas infernales situadas en el Teide. Nunca salían de día y en la oscuridad se les distinguía por sus largos colmillos afilados y por sus brillantes ojos. Se dice que los que se los han encontrado alguna vez, han quedado mudos de forma misteriosa y para siempre. También citan las crónicas a los Verdines o Bardines que eran perros negros muy feroces y famosos por lo grandes que eran.

A estos perros, por lo temidos que eran, les rendían culto a través de pequeños sacrificios ante exvotos, a modo de ídolos de terracota o barro cocido de forma humana y zoomórfica. De hecho, en la literatura científica y arqueológica canaria, a estas figurillas de terracota de variadas formas, se las conocen también por el nombre de Tibicenas. En muchos tubos volcánicos del Teide se han encontrado restos de ofrendas y vasijas con alimentos, por lo que se sabe que los guanches hacían ofrendas en la morada de Guayota -el dios del mal del Teide- para aplacar su ira.

Se dice que el origen semántico de Canarias procede de “Can” por los muchos canes o perros que existían. Suponen otros que el pseudo-cactus de largos brazos que vive en las zonas rocosas, Euphorbia canariensis, o caña amarga conocida de Juba, dándole este nombre en honor a su médico Euforbio, fue la que dio su nombre a la Gran Canaria, haciéndola derivar de Canna. Tomás Nichols, allá por 1.525, da por cierta esta hipótesis, y añade a este propósito: “He oído decir a sus antiguos habitantes que era así llamada (Canaria), por cierta caña de cuatro faces que crece en abundancia en el país, de la cual se extrae una leche que es un veneno muy peligroso”.

(RuyDiaz, Junio de 2009.)