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El Autor sin Libro, el Escritor sin Escrito. Joseph Joubert, (1754-1824) - Escritor Antonio de Calera
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El Autor sin Libro, el Escritor sin Escrito. Joseph Joubert, (1754-1824)

El Autor sin Libro, el Escritor sin Escrito. Joseph Joubert, (1754-1824)

Joseph_Joubert

(Montignac, Périgord, 7 de mayo de 1754 – París, 4 de mayo de 1824). Fue un excelente moralista y ensayista francés recordado sobre todo por sus “Pensamientos” publicados póstumamente.

Asistió desde los 14 años a un colegio religioso en Toulouse, donde posteriormente fue profesor hasta el año 1776. En 1778 fue a París donde conoció a D’Alembert y Diderot, entre otros. Posteriormente se hizo amigo del joven escritor y diplomático Chateaubriand. Colaboró, en un primer momento, con la Revolución; mas pronto, por los excesos de esa etapa, perdió toda ilusión por el ideal revolucionario. Joubert no publicó nada en vida, pero tuvo una amplia correspondencia y rellenó muchos cuadernos con pensamientos sobre la naturaleza del ser humano y la literatura. En tiempos de Napoleón fue nombrado Inspector General de la Universidad. Influido por el epicureísmo, Joubert se tomó con buen humor su propio sufrimiento ya que creía que la enfermedad afinaba el alma.

Cuando murió, su viuda confió a Chateaubriand sus apuntes y, en 1838, publicó una selección titulada Recueil des pensées de M. Joubert (Colección de Pensamientos del Sr. Joubert).

Entre sus “Pensamientos”: La pasión es el amor en llamas y la ternura es el reposo de la pasión. El placer no es sino la felicidad de una parte del cuerpo. Cierra los ojos y verás. La imaginación es el ojo del alma. Enseñar es aprender dos veces. Cuando mis amigos son tuertos, los miro de perfil. La abeja y la avispa liban las mismas flores, pero no logran la misma miel. Quien no se haya observado a sí mismo lleva consigo una experiencia que ignora. Dios hizo la vida para vivirla y no para conocerla. A este esteta de tiempos de la Revolución Francesa, acaso un romántico prematuro, ha fascinado a toda suerte de literatos. Bautizado por Maurice Blanchot como ‘autor sin libro, escritor sin escrito’, Joubert fue un ilustrado tan obsesionado con la perfección, tan preocupado por formular una teoría literaria sobre la que luego basar su obra, en definitiva tan obstinado en su empeño por reflexionar antes que practicar, que la muerte le pilló sin haberle dado tiempo a escribir una sola novela. Joubert, a una edad ya adulta, prosigue sus lecturas, sus sueños, sus charlas, bastón en mano, prefiriendo –fuera el tiempo que fuese- pasear diez millas que escribir diez líneas; caminar y aplazar la obra, siendo como era, de ésos que siembran y que no construyen y fundan. Joubert es el secreto de algunos. Sus lectores, raros, han llegado a formar una especie de sociedad secreta…las reflexiones de Joseph Joubert tienen algo que las hace destacar por encima de las demás: quizá sea porque provienen de un hombre que sacrificó su propia obra para pensar la literatura; tal vez porque se han convertido en el secreto de otros autores; o puede que sea porque sólo hay que abrir ‘Sobre arte y literatura’ para darse cuenta de que Joubert fue un novelista extraordinario cuyo único fallo sería el hecho de no haber escrito una sola novela.